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Del MVP al MLP: El Cambio que marca la diferencia en tus desarrollos ágiles.

Durante mucho tiempo, mucho, es más, desde el minuto 1 en este circo de la agilidad, el Minimum Viable Product (MVP) ha sido la piedra angular en el desarrollo ágil de productos y servicios. La idea con la que crecimos todos en agile…

La idea es simple: construir la “versión” más básica del producto, con las funcionalidades esenciales, para lanzarla lo más rápido posible y validar el concepto aportando valor.

Perfecto……

Y Sin embargo, en este enfoque, muchas veces nos centramos tanto, tanto en las características y funcionalidades del producto/servicio, que perdemos de vista lo más importante: el cliente.

No siempre, pero a veces sí…

Aquí es donde entra en juego el concepto del Minimum Lovable Product (MLP)…

El MLP no se trata sólo de validar si el producto funciona o si es viable desde una perspectiva técnica y funcional aportando un mínimo de valor. Se trata de entregar valor real al usuario desde el primer momento y de tal forma que enamore desde esa mínima expresión.

Este obligado y obsesivo enfoque al cliente, permite identificar de las x funcionalidades y características del producto/servicio, cuáles o cuál es la que marcará la verdadera diferencia en su experiencia de uso inicial. Es decir, pasamos de buscar una validación funcional a buscar una validación experiencial y emocional.

Esto tiene su sentido por la cantidad de veces que hemos comprobado que el MVP se queda corto en su capacidad de engagement por haber desarrollado en primera instancia una funcionalidad que no era la que enamoraba y enganchaba al cliente.

Los MVP entregan valor, sí, pero no siempre entregan valor significativo.

Buscamos justo eso: Significación.

En un contexto y en un mercado saturado de opciones, los usuarios/clientes buscan productos y servicios que no sólo resuelvan sus problemas, sino que les genere una experiencia gratificante y significativa.

Los MVP pueden ser soluciones útiles, pero no siempre son las soluciones más deseables. Con una mirada de MVP podemos responder a la pregunta: "¿Es esto posible?", pero con una mirada de MLP respondemos a "¿Es esto posible y algo que los usuarios vayan a recordar? ¿Qué es lo más valioso para el usuario? ¿Qué hará que el producto no sólo sea útil, sino irresistible?”.

El Minimum Lovable Product (MLP) nos obliga a hacer algo crucial: cambiar el criterio de prioridad en el desarrollo.

Integrar el enfoque del MLP en tu desarrollo nos lleva a:

  1. Escuchar al cliente antes de construir. Al comprender sus expectativas y frustraciones, puedes priorizar aquellas características que les generen mayor impacto.

  2. Diseña con empatía. Asegúrate de que cada interacción con el producto, aunque mínima, esté pensada para facilitar la vida del usuario.

  3. Entrega menos, pero mejor: El MLP no significa añadir más funcionalidades, se trata de ser estratégico con menos. Entrega lo esencial, pero haz que esas pocas funcionalidades sean únicas.

En resumen

El MVP sigue siendo una herramienta útil para validar si un producto es viable, pero en un entorno donde la experiencia del usuario es el verdadero diferenciador, el MLP se presenta como una evolución necesaria.

Cambia el enfoque del desarrollo de producto. Al final, no se trata sólo de lanzar algo que funcione y sea útil, sino de crear algo que funcione, sea útil y enamore.