La integración de los OKR’s en la operativa Scrum
Riesgo ☣️… Convertir una operativa ágil propia de scrum en una operativa con tintes predictivos al incorporar OKR’s.
Con el deseo de ir a un nivel mayor de agilidad (o lo que demonios quiera significar eso) y con un afán por las nubes de ser más y más ágiles y de aportar más y más valor, terminamos creyendo que la mejor manera de “evidenciar” esto es a través de ser capaces como equipo de alcanzar mejores resultados.
Y claro, al mencionar la palabra “resultados” lo primero que se le viene a uno a la cabeza son los OKR’s - Objetivos y Resultados Clave -.
Así que “Pensat y fet” como decimos en Valencia. Dicho y hecho.
Pero antes, vayamos a la idílica razón, el infalible argumento y al enfoque perfecto que nos convence de casar ambas cosas.
Aquí va: La integración de los OKR’s en la operativa Scrum implica el alineamiento de unos objetivos más amplios, más elevados (propios de los OKR’s) con los objetivos más inmediatos, más aterrizados a nivel de los sprint goals. Este alineamiento asegura que cada sprint contribuye a la conquista de los objetivos generales de la organización, convirtiendo de ese modo nuestro marco de trabajo operativo en un modelo sinérgico capaz de alcanzar mejores resultados.
Yesss… Si no estás convencido, poco te falta… Ahora bien, vayamos más allá del argumento y del infalible enfoque…
Recordemos que los OKR’s se establecen generalmente con una cadencia trimestral o cuatrimestral, y que los Objetivos del Sprint (los sprint goals) tienen una duración de entre 2 y 4 semanas. Por lo que no hace falta ser matemático para concluir con toda garantía no vamos a poder alcanzar un alto % del OKR durante un sólo Sprint y que se va a tener que trabajar durante más sprints. Obvio…
Y ahí es donde puede nacer “el problema”. Y digo puede, porque si se hace bien no tiene porque… Pero veamos…
Diseccionar y trocear un Resultado Clave (KR) nada tiene que ver con diseccionar un Objetivo (O). La facilidad de trocear un KR por su naturaleza numérica y temporal, es la puerta más accesible y equivocada por la que creemos alinear los sprint goals con los OKR’s…
Vamos a un ejemplo fácil de ver.
Nuestro O (Objetivo): Incrementar el tiempo activo y disponible de la aplicación web.
Un KR podría ser; reducir en los 4 próximos meses los errores de nivel crítico en un 100%.
Blanco y en botella, lo estamos viendo venir, tú también… 4 meses, 100%, 1 mes, 25%… Total, que terminamos por establecer en cada sprint de los próximos 4, una reducción del 25% de los errores críticos en cada sprint goals.
Y algunos dirán que está perfecto si así se reducen los errores y si así se mantiene más tiempo activa la aplicación… Visto así sí…
Pero ahora bien, alcanzar este buen resultado nada tiene que ver con una filosofía agile propia en scrum.
La fragmentación de los KR como vía de entrada en scrum, puede llevarnos a un inadecuado alineamiento entre los sprint goals y los propios OKR's, llevándonos a comprometer el enfoque agile del equipo.
El riesgo de trocear un KR durante varios sprints puede convertir una operativa ágil en una operativa mucho más predictiva debido a: (1) fragmentación del enfoque, dejando de ser iterativo e incrementa para pasar a ser secuencial y lineal, y (2) establecimiento de una mirada operativa de planificación a más largo plazo y con ello, un mayor control y seguimiento de los hitos, perdiendo cierto grado de flexibilidad y adaptación.
Así que un inadecuado aterrizaje de los OKR’s en un equipo que trabaja bajo una operativa scrum puede romper la dinámica agile si no hace correctamente…